Ya no soy aquella niña ingenua con la que tú solías jugar. Ahora he crecido, y he madurado como persona. Ahora lo único que quiero decirte, es que me has servido para aprender. Has sido un error más en mi vida, te lo agradezco. Gracias por haber sido tan mentiroso y prometerme miles de cosas, que jamás podrías darme. Lo último que me queda por decirte es...
Adiós
No hay comentarios:
Publicar un comentario